Es un ingenuo al pensar que yo decidiría en su vida y le resolveré todos sus problemas, pero lo cierto es que no pude adivinar que pensamientos habitaban en él, me dedique al trabajo superficial y nada más. Jamás rompí un trato, y menos lo haría ahora... Lo tomé en mis brazos y luego las llamas poco a poco se sofocaban hasta quedar solos en un cuarto reducido a cenizas, él sin mencionar una sola palabra y yo observándolo por vez final.
Me lo repetí una y otra vez inmersa en despreocupación, nunca me sentí atada emocionalmente a nadie, solo estaba para ellos pero no esperaba que hagan lo mismo por mi, saqué toda mi fría fortaleza ante la situación y decidí ir a Namimori, lugar donde planeé llevar a cabo una vida normal. Soy ligera como las gotas de lluvia y el viento decidía en cual lugar dejarme caer, mi corazón solo pedía paz y esa Ciudad probablemente me la daría.
Jaja, que equivocada estaba...
hola nia¡¡¡ me gustaron tus historias quisiera ser un miembro tuyo para aprender de ti
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